lunes, 2 de marzo de 2015

Conflictos. El mensaje de Dios nos llega en el momento menos esperado, esta atento a escucharlo, a entenderlo y aplicarlo.

 "Conflictos: 
¿Quién no tiene broncas, discusiones o desencuentros con gente? ¿Quién no se encuentra, alguna vez, atrapado en una situación tensa, a veces con alguien querido, y otras veces con personas a quienes quizás ni conoces? Y es verdad que somos gente de paz, que queremos vivir en armonía, concordia, y que lo de «bienaventurados los mansos» lo tomamos en serio. Pero es tan humano el no entenderse, el tener perspectivas diferentes y el enfadarse… Sin embargo, precisamente porque somos humanos, a veces tendremos bronca…

Conflictos - No perder la perspectiva

«Señor, tus obras son justas; tú actúas con misericordia y lealtad, tú eres el juez del mundo» (Tob 2,  2)

Si hubiera que dar un consejo sobre cómo vivir los conflictos, probablemente uno de los buenos sería «no conviertas en personal lo que no lo es».

Normalmente uno de los saltos más excesivos, y a menudo hirientes, es el que pasa del disgusto por una acción a la descalificación de una persona. Puede ser que no me guste esto que has hecho. Pero de ahí a decirte que «eres…» hay un salto que, casi siempre, es injusto. Las personas no somos tan fácilmente catalogables.

Somos complejos, somos difíciles. Tengamos razón o no, lo que tenemos son motivos para lo que hacemos. Y aprender a descubrir los motivos ajenos, saber leer las otras batallas, es el único camino para no convertir las tensiones en guerras. Jesús mismo se enfrentó a mucha gente, muchas veces. Pero, condenando acciones e hipocresías, una y otra vez tendía la mano a las personas.

¿Eres capaz de no convertir en personales los conflictos, roces, enfrentamientos?

Conflictos - Trabajar el perdón:

«Si mientras llevas tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene queja de ti, deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a llevar tu ofrenda.» (Mt 5, 23-24)

Hace tiempo alguien me dijo, al pedirle perdón, algo así como el perdón no varía los hechos. Es evidente que no. Pero los hechos no son la última verdad, sino lo que hacemos con ellos. De los hechos aprendemos, rectificamos lo que podemos, intentamos sanar las heridas que hayamos podido causar.

Negar el valor de la reconciliación; convertir los agravios en muro definitivo; atascarnos en un veredicto de culpabilidad, o no dar tiempo al lenguaje del perdón, eso está muy lejos de la misericordia que aprendemos en Jesús.

¿Hay algo que necesites perdonar o ser perdonado?


El Papa a los matrimonios: "Pueden volar los platos, pero nunca terminen el día sin hacer las paces"  P. Francisco"

El mensaje de Dios nos llega en el momento menos esperado, esta atento a escucharlo,  a entenderlo y aplicarlo. Besos mis amores lindos.

Karin Lange.

Guatemala 2 de marzo 2,015